El nuevo Chopard L.U.C XP Skeletec es la última versión del elegante ultra-plano de Chopard, al que se le suma el esqueletado del calibre L.U.C. 96.17-S

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Cuando consideramos las distintas complicaciones que pueden implementarse en relojería, nos viene a la mente funciones como el cronógrafo, fases lunares, calendario perpetuo o repetición de minutos por citar alguno de ellos, pero pocas veces pensamos en la extrema complicación que representa fabricar un reloj, y por tanto su movimiento, lo más delgado posible. Si a ello le sumamos otra complicación como el esqueletado, que debilita su rigidez y estabilidad, la dificultad se multiplica. Esta es la tarea que Chopard ha llevado a cabo con los L.U.C XP Skeletec, desde su lanzamiento en 2012 hasta la nueva versión que ahora nos presenta, una edición limitada a 288 piezas.

Calibre

Si la finalidad de un reloj extra-plano es la de ofrecer comodidad, elegancia y discreción (o sea, el reloj de vestir ideal), la de un esqueletado es totalmente estética en su pretensión de mostrar, en la mayor medida posible, todas las piezas que componen el mecanismo del reloj. Para ello, en primer lugar, se elimina la placa que conforma la esfera, dejando al descubierto el calibre que esta normalmente oculto. Luego viene la parte más complicada que consiste en «vaciar» el mecanismo, en un delicadísimo ejercicio de equilibrio entre su estabilidad arquitectónica y el diseño deseado. En este caso, el Chopard L.U.C XP Skeletec ha recurrido a un calado en segmentos circulares concéntricos que, en un bello contraste de línea contemporánea, cortan la decoración horizontal «Côtes de Genève» de la platina en el lado de la esfera.

Chopard L.U.C XP Skeletec calibre

El calibre L.U.C 96.17-S mide 27,40 mm de diámetro y únicamente 3,3 mm de grosor. No hace falta ser ningún experto para intuir la dificultad de encajar ruedas, piñones, platinas, barrilete, volante, espiral y todas las piezas que conforman un reloj mecánico en tan reducido espesor. Como ejemplo comparativo, una tarjeta de crédito mide 1,10 mm, con lo que si juntamos tres tarjetas tendremos aproximadamente el grosor de este mecanismo.

 Además, hemos de tener en cuenta que estamos ante un movimiento automático, por lo que respecto a un calibre de remonte manual, deberíamos añadir una capa adicional, lo que aumentaría el grosor final del reloj. La solución de Chopard es recurrir al micro-rotor, un rotor de menor diámetro del habitual que se adapta al “hueco” diseñado en el mecanismo para emplazarlo al mismo nivel que las demás piezas. El inconveniente de este diseño, es que su menor diámetro implica una menor masa, y la consecuencia de ello es que la inercia que genera es menor y disminuye su efectividad de carga. Para compensar este efecto hay que extremar la precisión en el pulido de los dientes de los engranajes a fin de disminuir el rozamiento que origina pérdida de energía, aumentando así la eficacia del sistema de carga. De hecho, para almacenar esta energía, el calibre L.U.C. 96.17-S recurre a los dos barriletes coaxiales de su tecnología patentada Twin, logrando así la magnífica cifra de 65 horas de reserva de marcha, algo realmente extraordinario de lograr en un espacio tan reducido.
Gracias al zafiro que cierra la trasera, podemos contemplar cómo los cuatro puentes rodiados en negro replican el vaciado de la platina de la esfera, permitiendo que la luz atraviese limpiamente las entrañas del mecanismo. Gracias a su disposición en arco marcada por la arquitectura del calibre, ofrece el espacio circular necesario para alojar el micro-rotor de oro de 22K, decorado con el logo L.U.C
Como suele ser habitual en los movimientos L.U.C de Chopard, su frecuencia es de 28.800 alternancias por hora.

Chopard L.U.C XP Skeletec trasera

Caja y esferaChopard L.U.C XP Skeletec 1

La caja que alberga este calibre está fabricada en oro rosa de 18K, y tiene un diámetro de 39,50 mm y un grosor de 7,13 mm que lo confirman como un reloj extremadamente cómodo. La estanqueidad del conjunto es de 3 bar (30 metros), una cifra que en otras condiciones calificaría, sin ninguna duda, como insuficiente, pero hemos de pensar que la valoración de la hermeticidad debe ir en función del carácter y uso al que será destinado el reloj… y dudo de que el propietario de esta joya recurra a él para darse un chapuzón en la piscina. En la carrura derecha, la pequeña y discreta corona de 4 mm implementa, grabado, el logo L.U.C.

Su diseño es clásicamente sobrio, minimalista, de elegantes y suaves formas redondeadas, que se ofrece como el «habitáculo» ideal para una esfera que recibirá toda nuestra atención. Dicho dial está ocupada en su parte central por la visión esqueletada del movimiento. Rodeándola hasta lindar con el estrecho bisel, se dispone un anillo con decoración “satiné soleil”, cuyo color pizarra es la única novedad que implementa esta referencia 161936-5003 respecto a la que debutó en Baselworld 2012 (ref.161936-5001). Ciertamente, esta tonalidad gris oscura me resulta perfecta, pues ofrece a la vez un mejor contraste con el oro rosa y una estética que, personalmente, me parece más atractiva y seductora. Este anillo es el soporte ideal para recibir, también en oro rosa, los simples índices horarios rectangulares aplicados, muy en consonancia con la sencillez de formas de la caja, que resultan de inestimable ayuda a la legibilidad de la hora. Puede parecer una nimiedad, pero muchas veces nos encontramos con guardatiempos esqueletados que, en aras del diseño, prescinden de cualquier escala horaria, lo que penaliza gravemente su legibilidad.

Chopard L.U.C XP Skeletec crop esfera

En el centro de la esfera se ubica el eje de las dos agujas dauphine de horas y minutos, con el gran acierto de que la manecilla de minutos se prolonga hasta barrer cómodamente el anillo indexado. A pesar de no implementar una escala de minutos que nos permita leer la indicación con precisión, la configuración de la esfera del Chopard L.U.C XP Skeletec ofrece una legibilidad superior a la que acostumbran a mostrar los relojes con calibres esqueleto, demostrando que el diseño y la estética pueden convivir perfectamente con el objetivo final de todo reloj, dar la hora.
Por suerte, el único texto que encontramos en la esfera es la discreta denominación L.U. Chopard impresa en blanco en el interior del cristal de zafiro, evitando romper la armonía y minimalismo predominante.

Chopard L.U.C XP Skeletec crop esfera 1

La correa que acompaña al nuevo Skeletec está confeccionada en piel de cocodrilo en color negro mate, cosida a mano y con cierre del tipo hebilla en oro rosa de 18K, que combina perfectamente con el gris de la esfera. Sin duda, el complemento ideal para este guardatiempo.

Conclusión

Ante todo, quiero deciros que nunca he sido un gran apasionado de los relojes con movimiento esqueleto. Reconozco el mérito y la complicación que ello supone, pero estéticamente hay pocos que sean de mi gusto al tener la legibilidad como un requisito imprescindible. Pues bien, el nuevo Chopard L.U.C XP Skeletec no sólo cumple esta premisa, sino que además la implementa en un calibre extra-plano, una complicación que debería ser una de las prioridades en un guardatiempo que considere la elegancia como uno de sus principales valores.
Su escaso grosor junto a un diámetro perfecto implican que su comodidad de uso sea excelente para cualquier
Chopard ha resuelto correctamente el problema de la legibilidad de los relojes esqueleto gracias al anillo perimetral y utilizar manecillas de buen tamaño. Por su parte, además de su excelente construcción, el calibre L.U.C 96.17-S destaca por su magnífica reserva de marcha, mientras que los acabados son los que podemos esperar encontrar en un L.U.C, impecables, un adjetivo que cabe extender a la caja y esfera. Por último, la escasa producción hace que su exclusividad sea un factor a valorar.

Sus puntos negativos, que podemos generalizar a los relojes de similares características, es su escasa polivalencia fruto de su estética y de la fragilidad inherente, aunque su uso casi exclusivo como reloj de vestir hace que sean dos puntos negativos a relativizar. Lo mismo pasa con su escasa hermeticidad, que si bien penalizaría gravemente a un reloj deportivo, no comporta contratiempo alguno en este tipo de guardatiempos.

Pros +
Ergonomía inmejorable
Elegancia atemporal
Buena legibilidad
Exclusividad
Diseño
Nivel de acabados
Excelente reserva de marcha
Contras –
Polivalencia
Robustez
Hermeticidad escasa
Se lee en 5' 50''
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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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