En una de las cuestiones que planteamos a Thierry Stern en nuestra reciente entrevista nos referíamos al pujante mercado asiático. En otra le preguntamos sobre futuras boutiques. Un resumen de las dos repuestas por parte del presidente de Patek Philippe sería que valoran mucho el mercado asiático pero que no quieren plagarlo de puntos de venta por motivos de mantener la exclusividad de su producto y por la imposibilidad de suministrar todos los relojes que les solicita dicho mercado. En cuanto a las boutiques fue igual de claro: solo existen en el mundo 3 boutiques (salones) gestionadas por Patek Philippe y no habrán más. Cualquier proyecto futuro será en asociación con uno de sus distribuidores y gestionado por este.
Pocas semanas después de la entrevista nos llega la noticia de la inauguración de la Maison Patek Philippe en Shanghai. Sin conocer más detalles podría parecer contradictorio con las afirmaciones de Thierry Stern, pero nada mas lejos de la realidad. La historia de Patek Philippe en China se inicia en el año 2007 con su primera boutique en Shanghai, un proyecto desarrollado con su socio distribuidor Melchers Group. Esta nueva Maison, un proyecto que se desarrolla con el mismo socio, ha requerido dos años de restauración y no se sumará, sino que substituirá a la antigua boutique. Por tanto, vemos como ambas afirmaciones de Stern se cumplen.
La nueva Maison Patek Philippe se ubica en la antigua residencia del Cónsul General Británico en Shanghai. Esta residencia, que inició su construcción en el año 1882, fue declarada como Monumento Histórico de Shanghai en 1994. Por tanto, se trata de un marco con un importante legado histórico y artístico, dos aspectos comunes a la firma relojera ginebrina. Además del aspecto artístico y cultural, las cifras y los datos de la nueva Maison son impresionantes:
– Superficie total útil de 1.227 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas.
– Primera planta: vestíbulo y recepción, 2 salas de ventas y exhibición, 1 sala de exposiciones, 1 sala VIP y una oficina administrativa.
– Segunda planta: vestíbulo, 2 salas de exposiciones, 2 salas VIP, bar con terraza exterior, salón de actos, espacio de exposiciones para eventos específicos y oficina administrativa.
Este es a grandes trazos el resultado final, pero el proceso para llegar a él ha sido muy complejo ya que se debía mantener la estructura original de estilo romano y corintio, conjuntándolo con la típica estética Patek Philippe. Aquí los datos no son menos impresionantes: 20 artesanos, 60 proveedores, 6 intentos para establecer la altura correcta del techo, 5 intentos para construir la base del nuevo piso, 10 meses para restaurar las más de 100 puertas y ventanas…
El mobiliario, procedente de Suiza, Francia e Italia, se ha tenido que ajustar in situ para adaptarlo al desnivel de suelo y paredes. Por ello, los laterales izquierdo y derecho de cada mueble son de distinta altura con el fin de conseguir una superficie perfectamente plana.
Para celebrar la ocasión Patek Philippe traslado 22 piezas de su museo para una exposición temporal de 1 mes de duración. También, se ha creado un modelo especial Shanghai World Time en edición limitada de 50 piezas, 25 de ellas de oro rosa y las otras 25 de oro blanco, con una esfera de 24 horas indicando Shanghai en rojo en lugar de la indicación horaria habitual de Hong Kong. Otra serie conmemorativa la constituyen una edición limitada de cuatro relojes de platino celebrando el Año del Dragón, con una esfera de cloisonné esmaltado representando la figura de un dragón.
La inauguración se celebró por todo lo alto y asistieron a ella Philippe Stern, Presidente Honorario de Patek Philippe junto con el actual Presidente Thierry Stern y el Director Genente Claude Peny. En representación local acudieron Zhou Wei, Alcalde del distrito de Huangpu, y Matthias Claussen, Socio Gerente de Melchers Group. La ceremonia tuvo lugar en la Waitanyuan Cultural Square de Shanghai, situada detrás de la Maison Patek Philippe. Los invitados asistentes al acto tuvieron la ocasión de descubrir el mundo de Patek Philippe en Ginebra a través de los efectos de una espectacular proyección en 3D sobre la fachada del edificio.
