Cada año, una de las presentaciones en el SIHH que personalmente aguardo con mayor interés es, sin duda, la de Panerai. Por suerte, la firma florentina siempre se guarda algunas referencias para ir desvelándolas paulatinamente durante el año, y mantener así la tensión informativa que consigue el no tener “todo el pescado vendido” ya desde el mes de enero. Pasado el evento ginebrino, siempre hago mis suposiciones y conjeturas sobre lo que Panerai nos tiene preparado para el resto del 2016, pero cuando me ha llegado la nota de prensa correspondiente al guardatiempo que hoy os presentamos, mi sorpresa ha sido monumental. ¡Wow!… ¿un Panerai con repetición de minutos???. En mi quiniela no aparecía esta gran complicación al alcance de muy pocas marcas, y no porque crea que Panerai no está capacitada para ello, sino porque, debido a su particular historia e idiosincrasia, ni siquiera lo consideraba como una posibilidad. Pero es que además, y por si fuera poco, Panerai le suma un escape tourbillón y la función GMT, rematando un reloj de una extrema complejidad, el Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT, que no sólo demuestra la pericia técnica de la manufactura de Neuchâtel, sino que abre un horizonte de grandes complicaciones que la acercarían a las grandes firmas clásicas. Hasta este momento, es el reloj técnicamente más complicado que jamás haya realizado Panerai, y se fabricará exclusivamente bajo encargo.
Repetición de Minutos: pongámonos en antecedentes
Las funciones de sonería, entre las que se encuentra la repetición de minutos, tuvieron un sentido práctico en relojes de bolsillo durante varios siglos, pues permitía conocer la hora en la oscuridad o bien escucharla discretamente durante reuniones, e incluso facilitarla a aquellas personas con limitaciones auditivas. Hablar de sonerías, y concretamente de repetición de minutos, es hablar de la gran complicación por excelencia de la Alta Relojería, de la más apreciada y soñada por los amantes del arte mecánico relojero. Sus orígenes se remontan a finales del siglo XVII. Los primeros ejemplos de relojes de sonería fueron las repeticiones “mudas”, que tocaban las horas dentro de la caja produciendo un sonido sordo que solo podía detectarse si se tenía el reloj en la mano.
Pasado un tiempo, se introdujo una campana sujeta al interior de la tapa posterior del reloj, para que el martillo la golpeara. Así nacieron los primeros relojes de sonería. Los relojes fueron evolucionando y se crearon piezas que no solamente tocaban las horas, sino también las repeticiones de cuartos, medios cuartos y cinco minutos. Los primeros ejemplos de Repetición de Minutos aparecieron a mediados del siglo XVIII, y a finales del siglo XVIII, A. L. Breguet diseñó un mecanismo que hacía sonar las horas, los cuartos y los minutos sustituyendo la campana por un juego de timbres de “gongs” o alambres enrollados en la circunferencia interna de la caja del reloj, que ocupaban un espacio más reducido y emitían distintas notas. Además, Breguet creó un sistema llamado “todo o nada”, permitiendo que, aunque la cuerda del reloj no estuviera cargada en su totalidad, los timbres dispusieran de la suficiente energía para tocar correctamente la hora, además de proteger el dispositivo de un posible daño.
A finales del siglo XIX, el mecanismo del Repetición de Minutos se perfeccionó tal y como lo conocemos ahora, pero la aparición y auge de la electricidad acabó con la función práctica de las sonerías y repeticiones, que desaparecieron de los talleres de producción mediados del siglo XX.
En la actualidad, los relojes de Repetición de Minutos son considerados obras maestras de la ingeniería mecánica de precisión, y aunque su misión primigenia ya no tenga sentido en nuestro mundo 2.0, resulta siempre una gozada disfrutar de las notas horarias que se deslizan desde un diminuto mecanismo mediante el simple accionamiento de un pulsador. Para crear un mecanismo de repetición de minutos deben combinarse 100 componentes únicos, cada uno de ellos fabricado con tolerancias sumamente exactas. Integrar un mecanismo de repetición de minutos en un reloj de bolsillo requiere una destreza increíble, pero encajar uno dentro de un reloj de pulsera es mucho más complejo, ya que el tamaño relativamente pequeño de la caja obliga a reducir aún más las diminutas piezas. Además, los factores a tener en cuenta son casi imposibles de cuantificar (forma y material de la caja, su geometría interna, volumen de aire que contiene, material, forma y longitud de los timbres, material y forma de los martillos, velocidad de impacto, etc.), y lo único que dejan claro es que dos relojes ofrecerán matices sutilmente diferentes, aunque sean exactamente el mismo modelo y referencia. Esto es, también, parte del encanto y de la magia resultantes de la unión de dos mundos como son la acústica y la micro-mecánica.
Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT:
La repetición de minutos dual y decimal
Generalmente, al describir y analizar un reloj empezamos por su aspecto externo, pero en este caso, permitidme saltarme esta norma no escrita para profundizar sobre lo que lo hace realmente extraordinario, su función de repetición de minutos, o mejor dicho, su “doble” repetición de minutos, una hazaña que no recuerdo haber visto nunca en otro reloj. ¿A qué nos referimos?, pues sencillamente, a que podremos elegir sobre qué huso horario definimos la repetición de minutos, la hora local o la hora de origen, mediante la simple manipulación de la corona y el pulsador de contiene en su eje. Veamos cómo.
Para evitar la activación accidental, el carillón se acciona al presionar el pulsador situado a las 8h solo si la corona se gira ligeramente, una rotación que podemos controlar mediante el indicador de color negro situado en el lateral de la corona: cuando este indicador se ve desde el frente, el carillón no puede repicar pero, pulsando una sola vez en el pulsador de la corona, se puede seleccionar la hora local o el segundo huso horario, tal como podemos ver en la esfera, a las 8 horas bajo el pequeño segundero, donde el indicador rojo se situará sobre la posición HT (Home Time o hora de origen) o sobre la LT (Local Time, la hora local). El segundo huso horario es señalado en la esfera por la manecilla central en forma de flecha y el indicador am/pm en el contador situado a las 3h.
Si esta dualidad me resulta fascinante, su sistema decimal de repetición admite el mismo adjetivo. La gran mayoría de repetidores suenan según el mismo orden e intervalos, o sea, empezando por un gong grave para cada hora (12 como máximo), seguido de un gong doble para cada cuarto de hora (3 es su tope), y finalizando por el gong agudo que marca los minutos que pasan de ese cuarto, hasta un máximo de 14. En cambio, el Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT basa la segunda indicación en cuantificar los intervalos de 10 minutos en vez de los cuartos. Un ejemplo: supongamos que son las 10:43. En un repetición de minutos tradicional, primero sonarán 10 gongs, seguidos de los dos gongs correspondientes a los dos cuartos, y finalizando por los trece que cuentan los minutos. En el sistema decimal, sonarían en primer lugar los mismos 10 gongs horarios, pero luego escucharíamos los gongs que se corresponden a los cuatro intervalos de diez minutos, para finalizar con los tres de los minutos. Como vemos, este último resulta mucho más lógico e intuitivo, porque nos ofrece la hora tal como realmente la leemos.
Pero no acaba aquí su particularidad. Retomando los repetidores de minutos clásicos, tradicionalmente implementan un sistema de dos timbre y dos martillos, que le confieren la secuencia anteriormente descrita de gong grave para las horas, agudo para los minutos, y la combinación de ambos para los cuartos. Pero Panerai, dando una vuelta más de tuerca, recurre a tres timbres y tres martillos, que no hacen sino conferirle una melodía inconfundible: el primer gong no es el más grave, sino el de tono medio, e identifica la hora, mientras que el último y más agudo indica los minutos, pero la característica inusual es que el segundo gong, que suena cada 10 minutos, produce repiques triples de los tres timbres y gongs en secuencia aguda-media-grave. Qué mejor manera de comprobarlo que disfrutar del precioso vídeo publicado por Panerai:
En la imagen del calibre P.2005/MR se observan claramente los tres timbres perimetrales dando la vuelta casi completa al mecanismo, sujetados al talón o gota (la pieza atornillada a su vez al movimiento), dos en su lado derecho y otro al izquierdo. Observad la diferente longitud visible en sus terminales libres: es lo que determina su diferencia tonal. Lo que a primera vista parecen ser dos martillos, en realidad son tres, ya que, como veis, el tercero discurre por debajo del segundo para reaparecer junto a él y definir la suficiente masa como para que su impacto ejerza la fuerza justa y necesaria.
No podría terminar mi referencia a la repetición de minutos sin aconsejaros encarecidamente que leáis este artículo escrito y publicado por Enric hace año y medio: Patek Philippe y sus Repeticiones de Minutos. En él,
podéis escuchar las grabaciones realizadas en exclusiva en los Salones Patek Philippe de Ginebra de TODAS sus referencias que incluyen la repetición de minutos, 12 en total, incluyendo el increíble Sky Moon Tourbillon 6002. Una auténtica delicia!.
Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT:
El calibre P.2005/MR y su tourbillon
Pero continuemos con el Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT, porque su calibre P.2005/MR muestra otro elemento que ya de por sí definiría este reloj como una gran complicación: el tourbillon. Pero además, el de Panerai tiene algunas características inusuales. En primer lugar, la jaula de un tourbillon clásico gira en el mismo plano que la platina, mientras que en el P.2005 gira en un plano dispuesto a 90 grados. En segundo lugar, el eje se coloca en el movimiento en un ángulo de aproximadamente 45º respecto las posiciones cardinales, para minimiza la cantidad de tiempo que pasa en cualquiera de las posiciones en las que la variación oscilatoria sería más extrema. Por último, su período de rotación es de 30 segundos, bastante más rápido que los habituales 60 segundos, lo que, de nuevo, ayuda a reducir el tiempo que el escape pasa en cualquiera de las posiciones más extremas.
Este calibre de remonte manual de 16 ¼ líneas de diámetro y un grosor de 10,35 mm, está formado por 633 componentes, vibra a 4 Hz (28.800 alternancias por hora), e implementa dos barriletes que le proporcionan una excelente reserva de marcha de cuatro días, aunque hemos de tener en cuenta que la activación compulsiva de la repetición de minutos conllevaría automáticamente la disminución de esta cifra. Para poder controlar el estado de carga, la trasera del movimiento implementa un indicador de reserva de marcha con forma de semi-arco, visible a través del cristal de zafiro del fondo abierto. Pero lo que más llama la atención son los pequeños martillos de los repetidores de minutos y los timbres circunvalando el movimiento, junto al tourbillón, acompañado por el bello esqueletado reticular de los puentes, que nos permite admirar los dos barriletes.
Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT:
La esfera
El diseño de la esfera no nos es en absoluto desconocida, ya que retoma el esqueletado de las ediciones especiales Lo Scienziato que, recordemos, albergan el calibre 2005/S con tourbillon y función GMT. Además de su característica “rejilla” ocupando el anillo más exterior entre las 8 y las 4, su configuración muestra el tourbillon entre las 10 y las 11 horas, el pequeño segundero a las 9, la indicación del huso en vigor a las 8, y el indicador am/pm a las tres horas. Con forma de flecha, la manecilla del segundo huso horario comparte eje central con las agujas de horas y minutos. Todos los elementos que forman la esfera van montados directamente en el movimiento o en el reborde, en el que aparecen grabadas las palabras “RADIOMIR 1940 PANERAI” y “MINUTE REPEATER CARILLON”.
Acostumbrados a la excelente e impecable legibilidad que ofrecen casi todos los Panerai, resulta obvio que el esqueletado no contribuye positivamente a ello, pero tampoco podemos decir que sea mala, sino más confusa. Tanto los numerales como los índices y las manecillas, disponen de un recubrimiento en SuperLumiNova de color beige que ofrece una excelente legibilidad nocturna.
Sinceramente, las esferas esqueletadas no son santo de mi devoción, y estos diales como los de Lo Scienziato o el del Radiomir 1940 Minute Repeater no son una excepción. Aún recuerdo cuando Panerai lanzó en el 2007 su primera referencia con tourbillon, el PAM 276, y nos lo presentaron en una de las recordadísimas citas que los paneristis realizábamos anualmente a través del añorado Mundo Panerai y posteriormente Chronomundi, Fue, si no recuerdo mal, en Santander, durante un fabuloso fin de semana bajo los auspicios de Rafa Álvarez, el anterior CEO de Panerai en España, y Joyería Presmanes. Hasta ese momento, era el reloj más complicado realizado por Panerai, y todos los asistentes alabamos la discreción y acierto de no exhibir el tourbillon en la esfera, manteniendo así inalterada la esencia de la marca; únicamente el serigrafiado y la sutil rotación del pequeño punto azul en el pequeño segundero delataban que, bajo la esfera, latía ese complejo órgano regulador, sólo visible desde la trasera. Puestos a elegir, me hubiera gustado que el Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT hubiera mantenido la misma discreción que, siguiendo la estela del PAM 276, lucen todos las referencias tourbillon de Panerai. En este caso, en que la caja está fabricada en oro rojo, mi esfera ideal hubiera sido de color marrón y manecillas en oro, prescindiendo así del movimiento esqueletado y de la fastuosidad que le confiere. De gustibus non est disputandum.
Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT:
La caja
Consecuentemente con el carácter clásico de una repetición de minutos, Panerai se ha decantado por la caja Radiomir 1940, la más elegante de su colección, aunque esta vez bajo un desmedido diámetro de 49 mm, un tamaño sólo superado por los L’Astronomo (tourbillon con ecuación del tiempo), los Mare Nostrum y el Egiziano, además de los relojes de bolsillo y de sobremesa. Si bien es cierto que esta complicación generalmente conlleva un aumento de tamaño, también lo es el hecho de que resulta más fácil diseñar un calibre de grandes dimensiones que uno de inferior tamaño, por lo que ahí, Panerai parte con cierta ventaja.
El metal elegido ha sido el oro rojo en acabado pulido, el material tradicionalmente más recomendado para esta complicación, aunque sobre esto ya he oído más de una discrepancia; debido a la gran cantidad de factores que influyen en el resultado final, puede ser que la mejor opción para transmitir la reverberación del sonido sea diferente para diferentes relojes. Lo que sí podemos afirmar es que, estéticamente, el oro rosa me parece la mejor opción posible para este guardatiempo. Se complementa con una correa de aligator negra con pespunte de color beige, cerrada con un deployante en oro rojo. Generalmente, cuando una caja está fabricada en oro rojo o rosa, me decanto por una correa de color marrón debido a su mejor combinación cromática, pero en este caso no es así, ya que mantiene, acertadamente, el color predominante en la esfera esqueletada,
Un aspecto que me gustaría destacar es que, contrariamente a la inmensa mayoría de relojes con sonería, su hermeticidad está garantizada hasta 3 bar, una cifra que si bien no nos permitiría bañarnos con este reloj (¡Dios me libre!), sí que lo mantiene a salvo de los efectos de la humedad, lluvia o salpicaduras accidentales.
Tratándose de un repetición de minutos, lo primero que salta a la vista en su carrura es el activador de la función. Generalmente asociado a una corredera, en este caso resulta ser un pulsador ubicado en la tradicional posición de las 8 horas, lo que sin duda facilita su pulsación. Su superficie luce el grabado de una llave de sol sobre un pentagrama, recordándonos claramente su función, al mismo tiempo que le confiere cierto “grip” adicional. En la carrura derecha se ubica la corona que controla, tal como hemos visto antes, el remonte, la puesta en hora de ambos husos horarios, y el bloqueo/desbloqueo de la función de repetición de minutos.
Debido a su enorme diámetro de 49 mm, su comodidad no será una de sus grandes virtudes, sobretodo si tenemos en cuenta que su mayor grosor y el peso que comporta tal cantidad de oro, tampoco ayudan en absoluto a ello. Además, necesitaríamos tener una muñeca de considerables dimensiones para que el reloj se nos asentara de forma confortable en nuestra muñeca y luciera bien proporcionado. A pesar de estos “problemas” ergonómicos, debemos tener en cuenta que no es un reloj de uso diario, y que cualquier posible inconveniente resulta insignificante ante la magnificencia de esta pieza.
Tal como hemos dicho, este reloj se fabricará bajo encargo, pero Panerai nos ofrece la posibilidad de personalizarlon, que incluye no solo la elección de la correa, las agujas u otras características especiales, sino también la posibilidad de realizar la caja en otro material distinto del oro rojo, aunque este sería un cambio que afectaría, sí o sí, al sonido final de la repetición de minutos. Sin la posibilidad de oír el resultado final antes del encargo, me parecería una temeridad pedir este reloj en cualquier otro material que no fuera el oro rojo original, porque nos podríamos encontrar con la desagradable sorpresa de que los diferentes matices propios de otro metal, no sean de nuestro agrado. De momento, oficialmente no nos han podido confirmar el precio, pero los rumores apuntan a que su valor se situará sobre los 370.000 €.
Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT:
Conclusiones
Erigiéndose como una de las grandes sorpresas en lo que llevamos de año, el Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT es un reloj sencillamente extraordinario, no sólo por implementar la mayor complicación del mundo de la Alta Relojería, la repetición de minutos, sino que además lo hace a lo grande, asociándolo a su doble huso horario, implementando tres timbre y martillos, y basarlo en un más real sistema decimal de intervalos de 10 minutos. Sencillamente espléndido.
A ello le hemos de añadir el espectacular calibre P.2005/MR, un movimiento esqueletado de remonte manual que, además de la repetición de minutos, incorpora un tourbillon, función GMT de 12/24 horas, indicador de reserva de marcha y pequeño segundero, además de una perfecta reserva de marcha de 96 horas.
La caja de 49 mm en oro rojo me resulta un poco excesiva, y quizás un diámetro de 46 mm hubiera sido el más adecuado. Si bien la trasera me resulta fascinante, la estética esqueletada de la esfera no se encuentra entre mis preferidas y pierde parte de la excelente legibilidad habitual de los Panerai.
El Panerai Radiomir 1940 Minute Repeater Carillon Tourbillon GMT es la expresión máxima de la exclusividad, un ejercicio de diseño impresionante y ostentoso que palidece bajo las excelencias del calibre P.2005/MR, un mecanismo de un nivel técnico excepcional al alcance de muy pocas firmas. Y ahora… ¿para cuándo un Panerai calendario perpetuo?.
Más
Repetición de minutos dual
Sistema decimal de intervalos de 10 minutos
Musicalidad y originalidad de sus tres timbres y martillos
Activación mediante pulsador
Corona multifuncional de fácil manipulación
Arquitectura del tourbillon
Reserva de marcha de 96 horas
Proporcionalidad y equilibrio de la esfera
Hermeticidad de 3 bar
Exclusividad
Posibilidad de personalizaciónMenos
Tamaño y ergonomía
Legibilidad respecto al estandar de Panerai
Esfera esqueletada