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El Speedmaster de Omega, uno de los auténticos iconos de la relojería, da un paso histórico al incorporar por primera vez un calibre manufactura. Por manufactura entendemos un mecanismo diseñado y desarrollado internamente por al marca, en este caso Omega.No debemos confundir genéricamente el Speedmaster con el Speedmaster Professional. Históricamente, el término Speedmaster se utilizó para denominar a los cronógrafos de Omega, cuyo primer modelo se remonta al año 1957. El término Professional (de apodo Moonwatch) se aplica al Speedmaster elegido por la NASA en 1964 como cronógrafo homologado para sus misiones espaciales.

La historia, tanto del Speedmaster como del Moonwatch en particular y de los diferentes calibres que han utilizado es realmente apasionante y narrarla, aunque brevemente, ocuparía varias páginas. Esto lo dejaremos para el artículo que estamos preparando en la sección Relojes Legendarios. En este test nos centraremos en este Speedmaster equipado con el nuevo cronógrafo manufactura de Omega.
La gran importancia de este nuevo modelo reside en que se sustituye el calibre con base Lemania utilizado en el Moonwatch durante las últimas décadas, por un nuevo mecanismo diseñado y creado íntegramente por Omega. La denominación de este nuevo calibre es 9300 y su estructura se diferencia enormemente del anterior.
  • El calibre con base Lemania, de denominación 1861, es un mecanismo de cronógrafo de carga manual. El gobierno de las funciones del cronógrafo se realiza mediante el clásico sistema de palanca y la configuración de sus contadores es la denominada tri-compax. Su reserva de marcha es de 42 horas mediante un barrilete.
  • El nuevo calibre 9300 es un cronógrafo de carga automática. El gobierno del cronógrafo corre a cargo de una rueda de pilares. La configuración de contadores es bi-compax. La reserva de marcha es de 60 horas proporcionadas por dos barriletes montados en serie. Además de todo ello, equipa un escape coaxial y una espiral de silicio.
Como veréis, no hay una sola coincidencia en los parámetros clave que definen a un mecanismo de cronógrafo y claramente el 9300 supera al 1861 en todos los aspectos técnicos. El sistema de rueda de pilares aporta dos grandes ventajas sobre el sistema de palanca: La suavidad de accionamiento de los pulsadores y la eliminación del pequeño salto de la aguja trotadora que se produce al activar el cronógrafo. El sistema de carga automático es evidentemente más cómodo que el manual y por supuesto es mejor contar con 60 horas de reserva de marcha que con 42.  Por su parte, el sistema de escape coaxial aporta mayor precisión y la espiral de silicio es inmune a influencias magnéticas y más estable en su funcionamiento.Esta claro que desde el punto de vista  técnico y práctico, todo son ventajas. Pero si consultamos a coleccionistas y puristas, alguno de ellos probablemente se tirará de los pelos. Este posible rechazo se puede deber principalmente al sistema de carga automático, ya que la carga manual ha sido desde siempre una de las características clave del Speedmaster Professional. En teoría, la carga automática no funciona correctamente en condiciones de baja gravedad y por ello la NASA descartó este tipo de mecanismo en su elección. Personalmente, nada que oponer a esta crítica desde una óptica purista, pero a nivel práctico es una clara ventaja.
Otro motivo de posible queja puede ser la configuración bi-compax en lugar de la clásica tricompax. Este podría ser un argumento válido, pero en este caso no lo es en absoluto ya que el calibre 9300 es bi-compax en el sentido de que solo utiliza dos contadores, pero a nivel funcional es tri-compax, ya que en uno de ellos se totalizan simultáneamente horas y minutos. Es decir, aporta exactamente las mismas mediciones que su antecesor, pero su disposición ofrece una esfera mucho más limpia. Puede que alguien se queje del sistema de rueda de pilares, pero no tendría razón alguna, ya que aparte de ser técnicamente superior, es más fiel históricamente que el sistema de palanca. Los primero cronógrafos Omega utilizaban mecanismos accionados por este sistema y el único motivo de pasarse a las palancas fue reducir los costos de producción.Si dejamos el mecanismo y nos adentramos en el resto de piezas que conforman el reloj, también encontraremos diferencias importantes. La caja y el bisel mantienen su diseño, pero no sus dimensiones. Así, el nuevo Speedmaster tiene un diámetro de 44,25 mm, que aunque no lo parezca, son muy superiores a los 42mm del Speedmaster clásico. Personalmente no encuentro exagerada esta medida teniendo en cuenta el carácter deportivo del reloj, pero hecho en falta (espero que se remedie) una opción del mismo reloj con los 42mm anteriores. Ello no disminuiría su estilo deportivo e incrementaría tanto su comodidad como su polivalencia estética.
En cuanto a las esfera, conserva el clásico color negro mate, muy apreciado por su legibilidad al evitar los reflejos. La configuración bi-compax de los contadores es mi preferida y si además conservamos la totalización de las horas en la misma sub-esfera que cuenta los minutos, pues mucho mejor. Los más extremistas puede que también descartasen el fechador, pero no deja de ser una función sumamente práctica que unida a su discreción de tamaño y color no desentona en absoluto en una esfera tan limpia.Lo que no me gusta en absoluto (muy subjetivo) es el tamaño de estos contadores. En mi opinión son proporcionalmente pequeños con respecto al tamaño de la caja y de la esfera. Lamentablemente, esto no tiene solución posible ya que si nos fijamos en la imagen, lo que dicta la posición de los contadores es el eje de sus agujas y esta es una ubicación predeterminada por el diseño del calibre. Por consiguiente, es imposible modificar su centro geométrico utilizando el mismo mecanismo.La única solución sería, manteniendo el centro, aumentar el diámetro de dichos contadores, pero la consecuencia sería nefasta, ya que inevitablemente se ocultarían algunos índices de la aguja trotadora central.

Es curiosa la denominación oficial de Omega para este nuevo modelo: Speedmaster Moonwatch Co-Axial Chronograph. Aunque no lo imprima en la esfera, utiliza el término Moonwatch, que en Omega es indisociable del término Professional, el cual curiosamente no aparece en la esfera. Del motivo de esta decisión, confieso que no tengo ni idea, pero en cualquier caso carece de importancia, por lo menos para mi.

Este nuevo Moonwatch Co-Axial conserva la genética de uno de los escasos y auténticos iconos de la relojería mecánica. La imagen estética que proyecta mantiene los código tan valorados por los amantes de la relojería, ya que conjuga discreción con elegancia. Este Speedmaster sigue siendo un reloj sumamente polifacético ya que encaja prácticamente con cualquier vestimenta, desde un simple bañador hasta un traje de lo más formal. Si queremos incrementar el propósito estético, solo tenemos que alternar la pulsera de piel con el brazalete de acero con lo cual especializaremos más su imagen.

Su mecanismo da un positivo paso de gigante , tanto desde el punto de vista técnico como cualitativo. El automatismo y el fechador incrementan notablemente su practicidad. El cristal de zafiro, tanto anterior como posterior, a diferencia del plexiglass, es totalmente inmune (salvo fricción con un diamante) a los arañazos. Su hermeticidad de 10 bares es más que notable para un cronógrafo no marino.

En resumen, estamos hablando de un reloj que a pesar de las diferencias de precio, junto con el Nautilus de Patek Philippe, el Royal Oak de Audemars Piguet y el reciente Seventies de Glashütte, son a mi parecer de los pocos relojes que aportan una polivalencia casi absoluta. El reloj perfecto para quien solo pretenda poseer un solo reloj de alta gama, e insuperable si tenemos en cuenta su relación calidad/precio. Por tanto, mi recomendación es sin reservas, sea cual sea el uso que se le quiera dar y sea cual sea el perfil de usuario.


Watch-Test es una página web especializada en análisis y comparativas de relojes mecánicos de pulsera de alta gama y de lujo. Todos los artículos de Watch-Test son originales, independientes y exclusivos, escritos por editores referentes en el sector.
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Décadas de pasión heredada por la relojería. 17 años transmitiendo esta pasión por internet. Primero fue MundoPanerai, luego Cronomundi, ahora Watch-Test. Unos proyectos que nacieron bajo una idea muy clara que se mantiene en el tiempo: el lector busca opinión de calidad y fiable. Con toda la subjetividad que conlleva, opinión y crítica razonada es lo que pienso seguir ofreciendo.

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