El SP One es el reloj más pequeño jamás creado por MB&F y el que más se acerca a la definición clásica de reloj de vestir.

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¿Qué ocurre cuando una de las firmas más atrevidas de la relojería da su versión más comedida, elegante y clásica?. Esta es la definición del MB&F SP One, un reloj de 38 mm de diámetro y 12 mm de grosor que es la creación más pequeña y delgada que la firma de Maximilian Büsser ha lanzado en sus 20 años de historia. Pero os advierto que ello no rompe en absoluto el encanto de MB&F, sino que a pesar de ser casi un reloj de vestir, sigue mostrando el mismo e imponente nivel mecánico y visual al que nos tiene acostumbrados la firma independiente ginebrina.

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El concepto se remonta a un tosco boceto que Büsser dibujó en 2018, mostrando un trío de círculos que se asemejaban a una sonriente cara robótica que encapsula los tres centros vitales de un reloj, es decir, el barrilete, el volante y la esfera descentrada. Esta idea, como muchas en MB&F , fue arrojada a la canasta de «proyectos especiales» de la marca, donde permaneció latente hasta que la pandemia de COVID desencadenó un replanteamiento creativo. Con la desaceleración mundial, MB&F se sumergió en su archivo de conceptos y proyectos a medio terminar. Esa misma pausa creativa dio lugar al exitoso MAD1, y ahora nos trae el SP One. Afortunadamente, la «F» de MB&F pudo traducir este boceto en algo tangible.

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El Special Project One (SP One), marca el lanzamiento de una nueva colección o categoría en el portafolio de MB&F. No se trata de las Horological Machines o las Legacy Machines, sino de algo intermedio y difícil de definir. La colección Special Projects no será tan consistente como las citadas HM y LM, sino algo especial e incluso inesperado, ofreciendo creaciones que no encajan en los códigos de las otras dos colecciones.

«¿Y si hiciéramos lo que nadie esperaba: un reloj elegante y clásico?». A pesar de su distinguido y reducido tamaño de 38 mm, el SP One está impregnado del ADN característico de MB&F. Su diseño redondo es fluido, un reloj suave como un guijarro de río, sin líneas afiladas ni ángulos pronunciados. La caja de platino u oro rosa tiene un grosor de 12 mm; no es un reloj delgado para los estándares de un reloj de vestir, pero sí para los de MB&F. Su delgada correa lo hace visualmente mucho más fino en la muñeca, algo a lo que colabora el cristal de zafiro ultra abovedado y en forma de caja que cubre la esfera, en una construcción sin bisel que aumenta la sensación de amplitud, transparencia y ligereza. En ella solo destaca la corona a las 10 horas, mientras que el etéreo efecto flotante de las asas, que se elevan desde la base en lugar de sobresalir de los laterales, aportan un toque de originalidad. Quizás resulta un diseño algo convencional, poco arriesgado vistos los antecedentes de MB&F, pero sin duda ese era el objetivo.

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Si la caja la hemos adjetivado como discreta, no lo es lo que encierra. Desarrollado íntegramente por MB&F, el movimiento flotante del SP One presenta tres elementos: el barrilete, el volante y la esfera. Dado que este movimiento fue concebido desde cero para este reloj, la mayoría de sus componentes están ocultos intencionalmente bajo estos tres círculos. Estos se conectan mediante un puente central de tres radios en forma de Y, que a su vez se sujeta al realce perimetral con una superficie cepillada en espiral, que aporta textura a todo el conjunto. Este anillo biselado ha sido bautizado por Büsser, medio en broma, como «el anfiteatro», evocando así «el esplendor de los teatros grecorromanos y representa el intrincado movimiento como si fuera un gladiador en pleno espectáculo». Dependiendo del material de la caja, este realce interior es de color azul cielo (en el caso del platino) o antracita (para la versión en oro rosa).

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Visualmente, los tres elementos presentan circunferencias idénticas, una decisión que ha complicado significativamente el diseño del movimiento: el barrilete a las 10 horas, el volante a las 2, ambos profusamente calados, y la esfera a las 6 en punto. Esta subesfera exhibe un cepillado circular con un acabado DLC negro y se completa con índices horarios facetados aplicados. Presenta una sutil inclinación, lo que requiere la complejidad adicional de un engranaje cónico para accionar las manecillas esqueletadas. Dichas agujas presentan una superficie superior con textura tremblage que contrasta con el resto de la superficie pulida, un diseño que logra mejorar la legibilidad, un detalle a considerar en una subesfera dentro de un reloj ya de por sí pequeño.

La parte trasera del movimiento es mucho más compleja, como era de esperar. Desde un punto de vista técnico, cuenta con un volante de gran tamaño que late a 2,5 Hz (18.000 alternancias por hora), una buena reserva de marcha de 72 horas y un total de 191 componentes. El acabado es discreto, como el resto del reloj, pero a la vez repleto de detalles. Todas las ruedas presentan anglage a mano, los rubís se sujetan mediante chatones de oro y los puentes, que lucen un acabado en rutenio y cepillado, están biselados.

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El MB&F SP One está disponible en dos ediciones no limitadas en platino u oro rosa., y se entregan con correa de piel de becerro beige o verde (para el platino y el oro rosa respectivamente) y hebilla de oro blanco u oro rosa. La disponibilidad solo está limitada por la capacidad de producción. El modelo en platino tiene un precio de 63.000 €, mientras que la versión en oro rosa cuesta 58.000 €, antes de impuestos.

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Con el inconfundible sello de MB&F, el SP One combina una clásica y comedida caja redonda con un fascinante y simétrico mecanismo flotante. Es elegante sin resultar aburrido, minimalista sin ser simple y técnicamente complejo sin ser apabullante. Estéticamente es precioso, con un diseño verdaderamente único y visualmente atractivo, sobretodo si lo tenemos en nuestras manos. En la muñeca las cosas no son tan geniales: personalmente no soy muy fan de los relojes con esta arquitectura tan abierta y transparente, ya que gran parte de la esfera se limita a ofrecernos la vista de nuestra muñeca. Sinceramente, hubiera preferido menos espacio vacío, una esfera sólida o quizás una trasera con un cristal de zafiro tintado. Y si me viera en la tesitura de decantarme por cual sería mi MB&F preferido con una estética más clásica, sin duda seguiría siendo la Legacy Machine 101 presentada hace ya 11 años (¡cómo pasa el tiempo…!).

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Ingeniero geólogo, Master en Geología Marina y Master en Restauración Medioambiental, Co-fundador y editor en Watch-test. Opinión, pasión y rigor, son los pilares fundamentales que sustentan la redacción de mis artículos. La clave, disfrutar de una profesión que coincide con mi afición.

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