“Majestuoso” si traducimos directamente del italiano. Así de claro y conciso es el nombre con el que Christophe Claret bautiza a una de sus creaciones presentadas a finales del mes de marzo durante la celebración de la última edición de Baselworld. Aunque a priori pueda sonar algo pretencioso, nada más lejos de la realidad dada la complejidad de esta pieza que supone todo un homenaje a la búsqueda de la precisión cronométrica de antaño respetando la configuración de la época y renunciando a los avances tecnológicos de la actualidad. Por si alguien pudiera considerar que lo anterior no representa suficiente reto, creo que la siguiente frase, la cual reproduzco de manera literal desde la nota de prensa de Claret, puede contribuir a ello: “El reloj en su totalidad – caja, agujas, así como todos los elementos del movimiento, incluido el volante espiral – se ha diseñado, fabricado y montado en los talleres de la manufactura”. Una vez más, tuvimos el placer y el honor de disfrutar de la explicación de este Maestoso en las palabras del propio Christophe Claret quien, lejos de la hipotética inaccesibilidad que se podría deducir del nombre de su último guardatiempos, tiene siempre la amabilidad de hacernos un hueco en su apretada agenda.
Una vez más, y como es habitual con cualquiera de las creaciones de la llamada Manufacture du Soleil d’Or, es ciertamente complicado decidir bajo que prisma se orienta el artículo: continente o contenido. De todos modos, y no menos habitual que lo anterior y probablemente por deformación profesional, personalmente siempre o casi siempre me decanto por el contenido y por lo que este representa. Más aún en este caso, el Maestoso implica un reto mecánico de considerables dimensiones al basar su funcionamiento en el escape de retén tradicional, concebido originalmente para funcionar en una posición perfectamente estabilizada.
Este tipo de escape, conocido también como de “báscula larga” tiene sus orígenes en el siglo XVIII, una época ciertamente atractiva e interesante de la historia de la relojería en la que se competía por crear un instrumento horario de gran precisión que permitiera determinar de forma exacta la posición geográfica de las naves en el mar. Al respecto de lo anterior, me permito trasladaros la recomendación que hace algo más de un mes me hizo el Sr. John Vergotti, director general de Patek Philippe para España. A los que os guste la lectura no os perdáis el libro “Longitud” escrito por Dava Sobel y en el que se narra de forma realmente exquisita y entretenida la historia de esa época de la relojería tomando como centro la figura del relojero John Harrison, uno de los personajes más influyentes en la creación de los primeros cronómetros marinos, a pesar de la fuerte oposición y rechazos de los que fue objeto por parte de la elite científica de su tiempo.
El escape de retén, quintaesencia de la precisión cronométrica que supera en este sentido incluso al preciado Tourbillon, se montaba en el siglo XVIII en los cronómetros marinos que, a su vez, hacían lo propio sobre una suspensión denominada “de cardán” para garantizar que la posición espacial del conjunto fuera invariable. La gran fiabilidad de este sistema tenía su punto débil y principal complejidad en su implementación en la alta sensibilidad que presentaba a los impactos laterales. Al menor de estos impactos el retén amenazaba con escaparse provocando la liberación de la rueda de escape e incluso su rotura. Un segundo peligro radicaba en la aparición del fenómeno conocido como “galope” y que podía desencadenarse ya fuera tanto por un impacto lateral como por la sencilla puesta en hora del reloj. Este “galope” consistía en el aumento de la amplitud en la oscilación del volante que podía superar los 360º y desembocar en un segundo impulso. Esta aceleración de la rueda de escape afectaba, obviamente, de manera negativa a la marcha del guardatiempos.
Precisamente sobre la morfología del escape de retén radica la gran complejidad del Maestoso ya que Christophe Claret renuncia a un diseño modernizado de este, más corto, en aras de facilitar el correcto funcionamiento del mecanismo en todas las posiciones susceptibles de ser adoptadas por un reloj de pulsera. Todo ello hizo necesario el registro de tres patentes. En primer lugar y para evitar la inversión del retén, se ha implementado un sistema montado entre una platina y dos puentes de zafiro que aísla toda la suportación del escape amortiguando los choques por medio de un muelle que confiere al conjunto la flexibilidad necesaria. El puente superior, tallado en zafiro, cede el protagonismo de la esfera del Maestoso al movimiento mecánico que le da vida. Otra de las patentes desarrolladas responde al tope flexible ubicado en una rueda unida al volante y que absorbe el excedente de energía en caso de ser necesario y evitar, de este modo, el fenómeno del “galope”. La tercera y última de las patentes la encontramos en un sinfín micrométrico situado en la raqueta y visible a las 8, que permite el ajuste de la marcha del reloj.
Adicionalmente a las patentes ya comentadas el Maestoso implementa un dispositivo de fuerza constante que permite la entrega de un par de fuerzas homogéneo durante toda la reserva de marcha del reloj, consiguiendo que la amplitud del volante sea extremadamente constante y contribuyendo de manera excelente a la regularidad en la marcha del reloj. DTC07 es la referencia del movimiento mecánico integrado por un total de 301 componentes, de remonte manual, albergado en el interior del Maestoso. Un calibre que late a la poco usual frecuencia de 14.400 alternancias por hora (2Hz) y que presenta una reserva de marcha de más de 80 horas gracias a los dos barriletes montados en paralelo (uno encima del otro) y que incorporan dos muelles reales superpuestos cada uno, es decir, lo que equivaldría aproximadamente a una disposición de cuatro barriletes en paralelo. El escape de retén está manufacturado en titanio de grado 5 y la espiral del volante es del tipo cilíndrico, poco habitual dada la enorme complejidad que su fabricación conlleva pero de una belleza extraordinaria y de gran importancia dado el completo y absoluto protagonismo que el movimiento mecánico asume en esta pieza. El volante está dotado asimismo de un sistema de parada activado al extraer la corona y de gran ayuda en el proceso de sincronización del reloj. Los puentes son escalonados y esqueletizados del estilo Carlos X.
Horas y minutos son las únicas indicaciones ofrecidas por la espectacular esfera del Maestoso cuya estratificación y profundidad resultan sencillamente hipnotizadoras. Albergadas en una caja de 44 mm de diámetro por 13,59 de altura, con una estanqueidad de 3 bar (30 metros), el Maestoso se presenta bajo tres referencias, cada una de ellas en Edición Limitada a 20 unidades, las cuales se diferencian entre ellas por el material utilizado en sus componentes externos excepto en la correa que, en todos los casos, es de piel de aligátor en color negro con pespunte del mismo color. La primera versión utiliza una combinación de oro gris y titanio grado 5 con tratamiento PVD gris antracita en su caja. Las agujas son de rubí rojo y PVD negro con tratamiento Super-LumiNova y la corona está fabricada tomando la misma combinación de materiales que la caja y añadiendo el cabujón en titanio PVD negro. El cierre de la correa es de acero ADLC con tapas de titanio PVD gris antracita y blasón en oro gris.
La segunda de las versiones sustituye el oro gris por el rosa 5N (oro rojo) en la combinación con el titanio grado 5 PVD gris antracita en la caja, a la vez que implementa las agujas en cerámica negra y PVD gris antracita con tratamiento Super-LumiNova. La corona mantiene la combinación de materiales de la caja repitiendo con el titanio PVD negro de la versión anterior para el cabujón. El cierre de la correa repite materiales excepto en el blasón, que adopta el oro rosa 5N en esta ocasión como materia prima. Finalmente, el último de los modelos presenta una caja manufacturada por completo en oro rosa 5N y repitiendo las agujas de la versión que precede a estas líneas. La corona está fabricada en el mismo material que la caja y, de nuevo, el cabujón toma el titanio PVD negro para su manufactura. El cierre es en esta ocasión de acero con tratamiento ADLC, tapas de oro rosa 5N y blasón en el mismo material.
Si no lo habéis visto todavía, no os perdáis el video. Es espectacular.