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Las reediciones de antiguos modelos están a la orden del día y Jaeger-LeCoultre, con casi 180 años de historia y más de 1.000 calibres manufactura a sus espaldas, tiene mucho que decir al respecto.

En el año 2008, La Grande Maison del Valle del Joux, ya hizo las delicias de los coleccionistas presentando dos fieles interpretaciones de dos de los relojes históricos más emblemáticos de la marca, el Memovox Tribute to Polaris 1965 y el Memovox Tribute to Polaris 1968. El primero de ellos correspondía a la réplica original del modelo tal y como fue lanzado en 1965 y el segundo rememoraba al modelo más célebre, creado en 1968. El Memovox fue bautizado con el nombre de “Polaris” en homenaje a los famosos misiles americanos, símbolo de la potencia occidental durante la guerra fría, debido a que el mercado americano fue el primero en demostrar interés por los relojes de buceo deportivos.
En este año 2011 y durante la celebración del SIHH, Jaeger-LeCoultre da un paso atrás en la historia y rememora al antecesor del Polaris. En el año 1959 la manufactura presentó el Memovox Deep Sea, el primer reloj de buceo dotado de alarma. La sonería tenía la importante función de recordar al buzo que había llegado el momento de iniciar la ascensión hacia la superficie.
Memovox Tribute to Deep Sea US

Como atractivo adicional este modelo se reedita en sus dos variantes originales, la destinada al mercado americano en edición limitada a 359 unidades e inspirada en el modelo “LeCoultre Spécial Amérique 1959” y la correspondiente al mercado europeo en edición limitada a 959 unidades rememorando el modelo “Jaeger-LeCoultre Classique 1959”. Quizás la diferencia más notable estéticamente hablando entre las nuevas ediciones y sus predecesoras correspondientes, es que la caja fabricada en acero y hermética hasta 100 metros de profundidad, es ligeramente más grande que la original puesto que su diámetro se ha incrementado de los 39,8 mm a los 40,5 mm.

Calibre Memovox 956

Calibre Memovox 956

Ambos modelos, al igual que el reeditado Polaris de 2008, laten a 28.800 A/H (4 Hz) gracias al calibre manufactura Memovox 956 de carga automática, descendiente del primer calibre Memovox 825, con reserva de marcha de 45 horas y funciones de horas, minutos, segundero central y alarma.

Las diferencias entre ambos modelos se localizan en el diseño del dial. La versión europea está dotada de una esfera negra mate e índices luminiscentes, mientras que la versión americana dispone de una esfera que combina negros y grises y está circundada por un aro externo que incorpora una escala graduada de cinco de minutos.

Estética y mecánicamente estamos ante un guardatiempos al que nada tenemos que reprochar y que incorpora además la complicación de la alarma mecánica. Quizás en el único punto en el que pueden existir ciertas discrepancias es en el cristal que montan ambos modelos. Al igual que sucedió con la reedición del Polaris, las dos nuevas versiones del Deep Sea y con la finalidad de ser absolutamente fieles a sus homólogos originales, incorporan un cristal de plexiglás curvado en lugar de los actuales cristales de zafiro antireflectantes de los relojes modernos. Obviamente este aspecto será de la total aprobación por parte de los puristas que son, inicialmente y debido a que se trata de ediciones limitadas, el objetivo de mercado de estas reediciones.

Adicionalmente, no se puede negar que la visión de la esfera bajo la peculiar curvatura que proporciona este material es incomparable. Por el contrario, el plexiglás no posee las características de dureza y resistencia a las rayaduras de un cristal de zafiro y, desde este punto de vista, es posible que los potenciales compradores no incluidos en el apartado de coleccionistas encuentren aquí un ligero inconveniente ante los cerca de 10.000 € que se deben invertir en la adquisición de una de estas piezas.

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POR   

Ingeniero Técnico Industrial, de formación electrónica con pasión por la micro-mecánica. Co-fundador y editor de Watch-Test. En mi trabajo y en la vida tengo una máxima: Las cosas hay que explicarlas de manera que se entiendan. De lo contrario, el esfuerzo es en vano.

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