Lo que MB&F ha aportado a la alta relojería durante sus relativamente escasos años de vida es impresionante. Y sigue. Si bien es cierto que todas y cada una de la creaciones de esta manufactura cuentan con una serie de colaboradores excepcionales, los mejores en sus respectivos campos, en esta ocasión Maximilian Büsser ha conseguido reunir a dos leyendas vivas de la relojería: Eric Coudray (para la mecánica) y Kari Voutilainen (para la decoración y acabados). El resultado, insultante por su belleza y genialidad, se llama Legacy Machine Thunderdome.
No pude evitarlo. A primera vista el Legacy Machine Thunderdome me recordó al FlyingT, el primer reloj femenino de MB&F, presentado en marzo de este año. Creo que la similitud está más que justificada … desde el punto de vista estético y de disposición de los elementos.
El nuevo Legacy Machine Thunderdome saldrá a la luz en dos ediciones limitadas. La primera de ellas, responde a 33 relojes albergados en una caja de platino con una platina guillocheada y de color azul claro (250.000 € con impuestos a parte). La segunda edición se limitará a 10 unidades en caja de tántalo y estará dedicada al 40º aniversario del grupo The Hour Glass. Esta edición a su vez, se dividirá en dos referencias en función del acabado de la platina. Las primeras cinco piezas montarán una esfera similar al guardatiempos en caja de platino pero cambiando la tonalidad clara del azul por otra de oscura. Los cinco relojes restantes implementarán una platina con incrustaciones de aventurina.
En todos los casos, la correa que montará el Legacy Machine Thunderdome será de piel de aligátor cosida mano, en color azul y con hebilla desplegable de platino o tántalo coincidiendo con el material correspondiente a la caja.
Formada por un total de 20 componentes, esta caja presenta unas dimensiones de 44 mm de diámetro (considerablemente superiores a los 38,5 mm del FlyingT) con un espesor de 22,2 mm muy cercano a los 20 mm del FlyingT. Es decir, a pesar de tratarse de una altura más que notable, el conjunto será más estilizado en este caso. Ni que decir tiene que la culpa de este grosor recae en la cúpula de zafiro que, a su vez, viene condicionada por el volumen de los elementos que protege. La estanqueidad del conjunto es de 3 bar (30 metros) más que suficiente para este tipo de pieza. Estoy completamente convencido que a ninguno de sus futuros propietarios se les ocurrirá sumergirlo en el líquido elemento.
Al respecto de los elementos de manipulación para el remonte y puesta en hora, el Legacy Machine Thunderdome implementa una única corona a las dos en tanto que el FlyingT lo hacía con dos de ellas a las nueve para la primera función y a las tres para la segunda.
Por debajo del domo de zafiro y sobre la platina tiene lugar el mayor espectáculo del mundo (el circo está de mala suerte, ha dejado de serlo). En primer lugar, una esfera ligeramente convexa, esmaltada e inclinada 58º sobre el plano horizontal (en el FlyingT este ángulo era de 50º) es la responsable de acunar las agujas de horas y minutos. Sobre ella, también en esmalte, se depositan en color negro los índices horarios mediante numerales romanos y los discretos puntos que sirven de apoyo para la lectura de los minutos. El contraste de blanco, azul y negro es exquisito y contribuye a una legibilidad excelente.
Pero es innegable que el verdadero protagonista de este Legacy Machine Thunderdome (y eso es mucho decir) es su órgano regulador. Probablemente fuera suficiente con dejar las imágenes y disfrutar de ellas, pero a pesar de que no sea una tarea fácil, intentaré exponer algunas pinceladas de este mecanismo. Así, de entrada, decir que no, no es un tourbillon convencional como lo era en el FlyingT. Tampoco es un carrusel … El nombre al que responde es el de TriAx, pesa aproximadamente un gramo (!) y se trata de un escape giratorio de triple eje … con muchos secretos escondidos.
El primero de ellos consiste en la configuración utilizada, ya que se renuncia a la más habitual de asociar una jaula a cada eje de rotación para hacerlo con solo dos jaulas para los tres ejes. El resultado ofrece una mayor visibilidad del mecanismo.
Otra de las particularidades del TriAx se encuentra en el escape, puesto que utiliza el conocido como Escape de Potter (Albert H. Potter, siglo XIX) que emplea una rueda de escape fija en lugar de las móviles más habituales. Este tipo de escape permite mayores velocidades de rotación. De hecho, se trata de la primera vez en la historia de la relojería (ojo que está dicho muy rápido) en la que se integra una rueda de escape fija en un mecanismo giratorio triaxial.
Las velocidades de rotación del sistema son muy elevadas (de ahí lo de Thunderdome o, sí lo preferís, la Cúpula del Trueno) y responden a 1 giro por segundo para la estructura interna, 1 giro por cada 12 segundos para la jaula intermedia y, finalmente, 1 giro por cada 20 segundos para la jaula externa. Como os podréis imaginar el consumo de energía es voraz, tanto que a pesar de disponer de tres barriletes la reserva de marcha del Legacy Machine Thunderdome se limita a 45 horas.
Para acabar con las pinceladas del movimiento hablaremos de otra de las ventajas del Escape de Potter y de cómo la aprovecha este guardatiempos. El Escape de Potter libera más espacio para el volante y la espiral. En este caso, este exceso de espacio disponible se ha aprovechado para dotar al volante de una forma semiesférica de manera que envuelve a la espiral que, además, es cilíndrica aportando unas mejoras más que considerables al isocronismo del movimiento. El conjunto responde a una configuración sin precedentes del órgano regulador de un reloj.
La trasera del Legacy Machine Thunderdome es, obviamente, de zafiro y a través de ella podemos disfrutar del resto del espectáculo que nos ofrece este calibre de remonte manual formado por un total de 413 componentes y que oscila a 21.600 alternancias por hora (3 Hz). Pero no sólo se trata de espectáculo, ya que esta trasera esconde la última de las indicaciones del reloj: una indicación de reserva de marcha por aguja.