Ampliando la colección Conquest V.H.P lanzada en Baselworld 2017 con los modelos tres agujas y cronógrafos, Longines nos avanza una de sus novedades para este año, una nueva referencia Conquest V.H.P. Chronograph, caracterizada por su caja de 42 mm, esfera azul y correa de caucho. Alimentado por el calibre de cuarzo L289.2, esta complicación mantiene las virtudes de los Conquest V.H.P.: ultra-precisión, alta tecnología y espíritu deportivo, bajo el signo de la elegancia especifica de la marca. Aprovecharemos este lanzamiento para analizar detenidamente los V.H.P. cronógrafos y la decision de Longines de desarrollar esta nueva linea de relojes de cuarzo. Vayamos a ello.
A priori puede parecer extraño que una firma de la Alta Relojería, aunque se sitúe en su gama de entrada, se haya decidido por reintroducir en su producción una línea de relojes de cuarzo, un tipo de mecanismo que queda generalmente relegado a un segundo plano o incluso al olvido entre los aficionados a la relojería mecánica. No hemos de olvidar que la explosión del reloj de cuarzo y su bajo precio fue el principal causante de la crisis de los años 70 que casi acabó con la tradicional industria relojera suiza.
Pero lo entendemos un poquito más si tenemos en cuenta un par de puntos. En primer lugar, esta decisión viene avalada por la tradición de Longines en este campo, que se remonta a 1954. En segundo lugar, la búsqueda por desmarcarse de la invasión de los smart watches y su electronicamente controlada e infalible exactitud, optando por fabricar el reloj no conectado más preciso del mundo. Con ello logra, además, diferenciarse de la inmensa oferta de relojes baratos a pilas, ofreciendo el plus de la calidad técnica y de construcción y acabados de Longines unida a las increíbles prestaciones de los calibres V.H.P.
Los relojes de cuarzo representan una parte importante del pasado y presente de Longines. En 1954, un primer reloj de cuarzo establece un record de precisión en el Observatorio de Neuchâtel gracias al emblemático Chronocinégines, instrumento precursor en el ámbito del cronometraje, ya que gracias a su cámara de 16 mm acoplada, proporciona a los jueces una película en tomas de 1/100º de segundo para que puedan seguir el movimiento de los atletas al pasar por la línea de meta.
Ya en 1958, el director técnico de Longines presentó el primer prototipo de reloj eléctrico al consejo de administración, el calibre 400, aunque no fue hasta 1971 (presentados en 1969) cuando, una vez solucionados los innumerables problemas técnicos, se inició la producción en serie de los Longines Ultra-quartz, sus primeros relojes de cuarzo de pulsera. Su crecimiento dentro de la empresa era imparable: en 1980, los movimiento de cuarzo producidos internamente representaban el 57,3% del volumen de producción de Longines, pasando al 90% en el quinquenio 1984-1989 como parte de la estrategia empresarial del grupo ASUAG (GWC).
Longines Conquest V.H.P Chronograph
Presentado en dos tamaños de 42 y 44 mm, su caja de acero acoge esferas de color azul, plateada, negra o en fibra de carbono. Todas ellas se complementan con pulseras de acero o correas de caucho azul o negro. Su hermeticidad se mantiene en 50 metros, una cifra que me parece un poco escasa para un uso deportivo.
Respecto a los Conquest Chronograph de la colección actual, las asas son un poco más estrechas y el bisel un poco más delgado, pero lo más destacable es que los pulsadores cronográficos, en una excelente decisión, se alejan de los protectores de corona, prescindiendo así de la estéticamente poco agraciada estructura triangular piramidal que conformaban con la corona como eje. Por último, el brazalete metálico también ha sido rediseñado, con una construcción aparentemente más sólida y estéticamente mejorada.
Su diseño de indudable polivalencia resulta el compromiso justo entre deportividad y elegancia, sobretodo si lo rematamos con el armis de acero. En contraposición, la potente versión en PVD negro, esfera de fibra de carbono y correa de caucho es la más extrema de las versiones. Estos modelos de acero indican horas, minutos y segundos, y cuentan con un contador de 30 minutos a las 3 horas, un contador de 12 horas a las 9 horas y un contador de 60 segundos a las 6 horas, con la fecha mediante una ventana a las 4:30.en el centro.
Respecto a los Conquest automáticos, las esferas también presentan diferencias que, en mi opinión, las mejoran. Incorporan una escala segundera en el realce perimetral que le confiere una mayor presencia y empaque. Además, los anillos de los totalizadores, los índices y las manecillas están galvanizados con un nuevo recubrimiento bautizado por Longines como New Black, más elegante y personal que el habitual tono acerado. Los índices aplicados rectangulares son ligeramente más estrechos, mientras las inclusiones de SuperLuminova (C3, no C1) alcanzan toda su longitud. Otra diferencia la encontramos en que el color rojo de las agujas de las indicaciones cronográficas se extiende a los finos índices de la escala de minutos.
Por último, un elegante a la vez que deportivo guilloché circular sustituye el satiné soleil de los Conquest de la colección.