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El Jaquet Droz «The Charming Bird» ha sido sin duda una de las piezas más asombrosas que se han presentado en Baselworld 2013. Este nuevo reloj sigue la línea del Bird Repeater del que os hablamos en octubre del año pasado, tanto por su motivo estético como por sus complicaciones mecánicas, pero con notables diferencias.

El Repeater aunaba en su estilo clásico la sonería con pájaros autómatas, una especialidad histórica de Jaquet Droz. Este Charming Bird también comporta ambas complicaciones, pero con un estilo totalmente vanguardista, tanto en lo concerniente a su estética como a sus soluciones mecánicas.

Lo asombroso de este Jaquet Droz «The Charming Bird» ya empieza con su atrevimiento estético. Combinar una subesfera de horas y minutos clásica, con una pájaro autómata tambien clásico y con una absoluta transparencia mediante cristal de zafiro que deja al descubierto un mecanismo de estilo vanguardista, es como mínimo sorprendente. Admito que ni se me pasaría por la imaginación que tal amalgama de conceptos estéticos pudiera dar un resultado mínimamente aceptable. Como también admito que el resultado final que ha logrado Jaquet Droz es impresionante y paradójicamente equilibrado.

Jaquet Droz "The Charming Bird" front

Los pájaros autómatas del Bird Repeater son tridimensionales, aunque relativamente, ya que los elementos que se mueven siempre lo hacen en un solo plano. Por contra, el pájaro de este Charming Bird, que tambien mueve sus alas, su cabeza y su pico, esta implantado verticalmente sobre la esfera y además se desplaza 360 grados. Por ello, en la parte inferior de la esfera, donde se ubica el pájaro, Jaquet Droz ha tenido que recurrir a una especie de burbuja de cristal de zafiro que permita dichos desplazamientos.

Al inicio de este artículo he calificado como sonería una de las grandes complicaciones de este Jaquet Droz, y lo es en el sentido de que emite sonidos, pero la forma de hacerlo es absolutamente distinta a la de una repetición de minutos. Si en las sonerías clásicas se utilizan martillos que percuten contra un timbre anular, el Charming Bird recurre a lo que Jaquet Droz define textualmente como «un autómata que canta, desarrollando un muelle de pistón y miniaturizando las técnicas heredadas del siglo XVIII».

Lamentablemente y de forma tan asombrosa como es este reloj, poco más puedo decir de este increíble mecanismo ya que la frase que he citado es la única que le hace referencia en la información que nos ha proporcionado Jaquet Droz. Por tanto me tengo que limitar a elucubraciones, que como tales pueden ser erróneas.

Jaquet Droz "The Charming Bird" calibre

Pero reculemos un poco para mencionar lo principal de esta sonería, que es el hecho de que el pájaro silba con un realismo asombroso. Evidentemente, este tipo de melodía es imposible de obtener mediante percusión y por ello Jaquet Droz recurre al mencionado muelle pistón. Si observamos la imagen superior, se supone que dicho pistón es el ubicado más cerca, a la derecha del pájaro, ya que se aprecia con claridad el muelle que alberga. Pero siguiendo con la observación, vemos dos pistones adicionales, en los que no percibo ningún muelle y a los que Jaquet Droz no hace referencia alguna.

Lo mejor es dejaros con el magnífico video que nos ha proporcionado Jaquet Droz y del cual creo que se pueden deducir más conclusiones que del resto de información que nos ha suministrado. Eso sí, habrá que ser ingeniero mecánico o tener conocimientos afines.

Solo mencionar que la caja del Charming Bird está realizada en oro blanco y que su diámetro es de 47  milímetros. Su altura, al nivel de la burbuja que encapsula el pájaro es de 22,8 mm. Un último detalle que si se menciona en la documentación es que el pulsador adicional, supongo que el situado a la altura de las 2 horas, sirve para activar el automatismo del pájaro y su silbido. Como es habitual en Jaquet Droz y más tratándose de un reloj tan especial, se emitirá en una edición limitada a 28 unidades.

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Décadas de pasión heredada por la relojería. 17 años transmitiendo esta pasión por internet. Primero fue MundoPanerai, luego Cronomundi, ahora Watch-Test. Unos proyectos que nacieron bajo una idea muy clara que se mantiene en el tiempo: el lector busca opinión de calidad y fiable. Con toda la subjetividad que conlleva, opinión y crítica razonada es lo que pienso seguir ofreciendo.

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